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domingo, 25 de enero de 2009

Narrativa definitva. Omsimusnoc y consumismo.

La introducción (omsimusnoc) empieza con la muerte clínica de alguien a la hora de 2:22. Un pitido continuo es el canto a la muerte que un EKG parece dedicarle a un corazón sin vida. Sin actividad. Después la imagen se va aclarando dejando ver el recien fallecido. Un carro de la compra yace despojado de su finalidad, de su función, de su vida. Su destino encadenado a un poste de luz. En pleno barrio industrial. Lejos de su lugar habitual. El supermercado. Unas manos lo liberan de sus cadenas. Y empiezan a meter en él muchos objetos diferentes que sólo tienen una cosa en común. Están viejos, sucios y usados. Lejos quedan ya los envases que depositaban en su interior recien salidos de fábrica. Y la rutina rodante sobre suelos de porcelana donde los segundos transcurrían deslizándose por los pasillos. El suelo por el que se desplaza ahora es gris. Y de contenedor en contenedor, van quitándole poco a poco el lastre pesado que lleva sobre su lomo de hierro hasta quedarse sin nada.

La introducción (consumismo) empieza con un carro de la compra encajado con sus otros compañeros de rutina. Al poco rato unas manos lo arrancan de su tranquilidad. Recorre cada uno de los estantes al son del ruido de fondo que hacen las botellas de alcohol al caer. Adolescentes... diría el carro para sí mismo si en vez de rodar pudiera pensar. Pasan por caja todo el arsenal etílico. La cantidad de dinero va subiendo al mismo tiempo que unas risas de fondo justifican el fin. El carro ya prepara sus ruedas en dirección a lo que realiza cientos de veces. Volver a la fila. Con sus semejantes. Esperar que otro cliente lo coja. Con otras razones. Con otras emociones. Para consumir. Para qué sino. Se dice para sí mismo y para nadie. Pero los adolescentes vuelven a interrumpir su rutina. Vuelven a depositar lo comprado sobre su lomo. Y con decisión se lanzan a la calle llevando trás de sí una sorpresa metálica que se muestra incrédula ante el nuevo rumbo de los acontecimientos.

El nudo (omsimusnoc) sigue con un cambio de situación. El carro pasa del asfalto a la arena. Llega a una playa donde es abandonado en medio de botellas, colillas y vasos. Delante sólo queda el mar y las aves. Y por todos lados un viento titiritero que mueve las olas a su antojo. Llega la noche y se ve llegar a un grupo de jóvenes que parecen estar de fiesta. Al tiempo empiezan a ir recogiendo y reciclando todo lo que está ensuciando la playa. Depositándolo todo en el carro. Sacándolo de aquella arena. Su próxima parada será el centro de la ciudad. De camino sus ruedas se abrirán paso por una naturaleza urbana y salvaje. Con sus coches, sus pasos de cebra, sus luces y el paso frenético de las transeúntes.

El nudo (consumismo) es el carro de la compra llevado por una ciudad que se viste como siempre. Pasos de cebra, personas, coches... Pero el destino le tiene reservado un lugar completamente diferente. La playa. El carro maldice su suerte al mismo tiempo que sus ruedas se hunden en una arena que no le deja avanzar. Todo se para. Los jóvenes empiezan a sacar todas las provisiones para pasar la noche todo lo caliente que se pueda. El carro asiste impasible al desenfreno juvenil. Y después al abandono de su no persona en una playa desierta. Con el viento colándose entre sus finos barrotes. Y el suelo recordándole que cualquier suelo de supermercado estaría mas limpio que aquel mar de arena, con colillas y botellas vacías a la deriva.

El desenlace (omsimusnoc) tiene lugar cuando el carro atraviesa unas puertas automáticas. Se encuentra de nuevo en casa. Todo lo que estaba en su interior va pasando por caja. Mientras; la cantidad de dinero gastado va bajando progresivamente hasta quedar a 0. Los productos vuelven poco a poco al lugar que le corresponden en el estante. El carro se va vaciando poco a poco mientras se ve de fondo como los jóvenes realizan su cometido. El carro se va alejando del pasillo que ahora vuelve a recorrer hacia atrás. Vacío por fuera pero lleno por dentro el carro termina encajado con sus otros compañeros de rutina. Final.

El desenlace (consumismo) tiene lugar cuando unas manos sacan al carro de la playa. Lo llevan por calles más grises y más tristes que antes. Y va parando en cada contenedor para ver como depositan en su interior objetos que distan mucho de sus mejores tiempos. Cuando todo parecía que no podía ir peor para el carro la ley de la vida no falla y le demuestra lo contrario. Las manos que le sacaron de la playa y le cargaron de objetos gastados; ahora le quitan todo lo que había cargado y todo lo poco que le quedaba dentro. Después de dejarle encadenado a un poste de luz. Muerto. Hora de la muerte. 2:22. Final


Keep thinking...

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